Después de los meses de confinamiento durante los cuales los seminaristas tuvimos que seguir nuestra formación desde nuestros hogares, y ya terminado el verano, este pasado lunes 21 de septiembre hemos podido regresar e incorporarnos al nuevo curso.

Con la acogida del rector en el salón de actos dio comienzo esta semana previa tan intensa de preparación para lo que va a ser nuestra vida durante el próximo año. Para ello fue de gran utilidad la presentación del Plan de Formación para Seminarios Mayores que nos ofreció don Sergio Requena, director del departamento de seminarios de la Conferencia Episcopal Española.

El jueves tuvo lugar el retiro espiritual de inicio de curso, en el que contamos con el acompañamiento y cuidado de nuestro obispo don Francisco con la meditación de la tarde. En ella trató cómo ha de ser la vida del seminarista tomando como guía distintos salmos y cánticos de la liturgia de las horas.

Al día siguiente, viernes, a modo de cierre de la semana “lectiva”, cada curso con nuestros respectivos tutores pasamos la tarde en distintos lugares fuera del seminario, donde además de dedicar tiempo a la oración, principalmente aprovechamos para disfrutar de la convivencia entre nosotros.

De esta manera, creciendo en estatura, sabiduría y gracia, durante esta primera semana hemos preparado la tierra buena para la siembra del Señor durante el nuevo curso que el día 28 oficialmente inauguraremos.