Un grupo de diez seminaristas de diversos cursos, acompañados de dos formadores, han realizado una misión parroquial del 17 al 24 de junio. Siguiendo el estilo de las misiones parroquiales modernas, han tenido la experiencia maravillosa de vivir las 24 horas del día anunciando a Jesucristo, su amor y la vida plena que nos ofrece en su Iglesia.

Empezamos el domingo 17 con una Eucaristía en la que fueron enviados por el párroco D. Raúl Velasco, y por la tarde, después de tener una reunión de preparación con los colaboradores parroquiales, celebramos una procesión con la imagen de la Virgen de Fátima rezando el Rosario y una breve alocución en la plaza del pueblo.

De lunes a viernes se desarrolló el tiempo fuerte de misión: comenzamos con un rato largo de oración en la que también participaban personas de la parroquia, y después se salían de dos en dos a visitar las casas del pueblo invitando a participar en las reuniones y a ofrecerles el anuncio del Mensaje de Cristo Salvador. Por la tarde, después de la misa, tuvimos las asambleas por zonas de pueblos. Participaron más de 120 personas y ha sido una experiencia de compartir la Palabra de Dios y de renovar la fe que nos llena la vida. Una vez que ya habíamos visitado las casas, los seminaristas y sacerdotes fueron ofreciendo la bendición de las casas a las familias que lo deseaban. Estas celebraciones en las casas llenaron de satisfacción a los seminaristas que veían como Dios se servía de ellos para llevar la alegría del amor de Dios a tantas personas que agradecían mucho la oración de los seminaristas.

El fin de semana final estuvo dedicado a convocar a jóvenes y familias para intentar crear grupos que dieran continuidad a la misión. Merece la pena recordar este trabajo con jóvenes, pues ha sido realmente muy complicado convocar y reunir a los jóvenes de esta parroquia, y sin embargo, ni por un momento se ha dejado de intentarlo, se les ha buscado en las calles y parques, se les ha ofrecido la semilla del evangelio, aunque la respuesta no se vea inmediatamente.

Realmente ha sido una experiencia misionera muy importante para nuestra formación de futuros pastores de una Iglesia en salida, que busca nuevos métodos de llevar a Cristo a los hombres y mujeres de hoy. Y creemos que también ha sido un momento de gracia para esta parroquia. Pedimos a la Virgen de Castellar, patrona de este pueblo, que la semilla que hemos sembrado, la haga crecer y de mucho fruto.

By wsmayor

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