El fin del primer cuatrimestre y el periodo de exámenes ha coincidido este año con el inicio de la Cuaresma. Afrontamos por lo tanto esta nueva etapa del curso con la mirada puesta en el Crucificado, con una semana cargada de celebraciones.
El pasado día 17, Miércoles de Ceniza, asistíamos a la Santa Iglesia Catedral Primada para participar en la celebración eucarística presidida por nuestro arzobispo D. Francisco Cerro Chaves. En el altar instalado en la puerta de los leones, donde tienen lugar actualmente las principales celebraciones del templo catedralicio, estaba presente la imagen del Santísimo Cristo de la Vega. Para D. Francisco esta efigie del Señor simboliza muy bien el camino que ha de llevarnos hasta la Pascua. En su homilía expuso entre otras cosas que: “La conversión es arrancar el corazón de piedra, para que el Señor nos de un corazón como el suyo: ilimitadamente bueno. Un corazón que sea capaz de comprender, de entender. Un corazón que sea bueno siempre y con todos”.
Al día siguiente, jueves 18, participábamos en el retiro de Cuaresma. Estuvo dirigido en esta ocasión por D. Juan Antonio Pérez Revenga, párroco de Alcaudete de la Jara. Las meditaciones giraron en torno a dos ejes: la homilía del Miércoles de Ceniza del Papa Francisco de este año y el plan pastoral diocesano. “Quiero, queda limpio” (Mc 1, 40-41), son las palabras del Evangelio que para D. Juan Antonio sintetizaban muy bien lo que el Señor quería manifestarnos en esta jornada.
Ya el viernes, tenía lugar a última hora de la tarde el ejercicio del Vía Crucis. Procesionando con la imagen de Cristo en torno al claustro principal, meditábamos cada una de las 14 estaciones en las que rememoramos el camino de Jesús desde su condena a muerte hasta el monte Calvario. En la capilla mayor finalizaba este piadoso acto que se repetirá cada viernes de Cuaresma, con el canto Libera nos Domine.
Comienza así en nuestro Seminario este tiempo de gracia y conversión. Que María Inmaculada, Madre al pie de la Cruz, nos guíe por el camino que conduce hasta el monte de la salvación que es Cristo.
