En la tarde del pasado sábado 9 de noviembre, un grupo de seminaristas se desplazó hasta la Residencia “Cardenal Marcelo” para visitar a los sacerdotes ya jubilados que allí residen después de toda una vida de entrega al ministerio. En la casa, ubicada en la Ronda de Buenavista, residen unos 30 sacerdotes asistidos por las Siervas Guadalupanas.

El grupo estaba formado por siete seminaristas, acompañados por el rector D. José María Anaya que, distribuidos en parejas, visitaron a algunos de los sacerdotes más mayores. D. Gregorio, uno de ellos, compartió su testimonio con los seminaristas. Tiene 94 años. Realizó sus estudios en la Universidad Pontificia de Comillas. Fue ordenado en 1951 y cantó su primera misa ese mismo año. Su primer destino fue Robledo del Mazo. Conoció los escritos de D. José Rivera, aunque no le llegó a conocer a él personalmente. Cuando estaba de sacerdote se desplazaba de un pueblo a otro en bicicleta. Comía con su familia e invitaba a menudo a la Guardia Civil para no tener problemas con ellos. Durante el pontificado del cardenal Tarancón fue destinado a la parroquia de Illescas, donde ejercería su ministerio 45 años hasta su jubilación.

Gregorio recomendó a los seminaristas que fueran muy fieles a la llamada, que perseveraran en su vocación, que no se apartaran nunca de la humildad. Que cuidaran mucho el trato con las personas, puesto que es lo que verdaderamente les haría seguidores de Cristo. Que no perdieran nunca la alegría ni la paz. Por último, no les ocultó las dificultades que este camino de seguimiento entraña, aunque les recordó que sólo pueden caminar en él con la ayuda del Señor.

La jornada finalizó con una merienda en un ambiente fraternal en la que participaron sacerdotes y seminaristas. Los más jóvenes tuvieron ocasión de compartir su experiencia con los mayores haciendo una puesta en común de lo que supuso esta tarde de encuentro vocacional.